jueves, 11 de noviembre de 2010

Casa Palet

Hoy he vuelto por Gràcia, tenía que compartir mantel con Elena y Sergi, y claro, ahora me tocaba invitar a mi.

Javier me ha enviado un e-mail hace unos días, "Casa Palet, es un restaurante de los de tu tipo" o algo así, Yo respondo que cualquier restaurante es de mi tipo, si el dueño tiene oficio, no es un problema de elegancia, de precio. Es una cuestión de amor al producto y de servir platos hechos con cariño. aunque sea un bocadillo de salchichón, pero que esté hecho como yo lo hago para los demás.

Como estoy en la zona, les comentó de acercarme, llamo primero, no tienen mesa, y me ofrecen comer a mesa corrida. Excelente.

Restaurante pequeño, primero una tienda de embutidos y delicatessen, y en la entreplanta unas pocas mesas de mármol blanco, en contraste con el gres de alta presión, que casualmente es el que elegí para revestimiento en mi propia casa... ¿Qué otra señal de coincidencia en el gusto necesito? ¿Qué otra prueba me aguarda?

La carta es corta, los productos están ordenados en primeros, segundos y postres, y a su vez por precio. Los platos están entre los 8 euros de la ensaladilla ruza con chips de yuca, el plato más barato de la carta y el entrecote de 900 gramos que no recuerdo lo que costaba. El vino de la casa, un Ribera de Duero, de las bodegas de Emilio Moro, a mi me dan en mitad del gusto.

Comparto entrantes, la ensaladilla, unas croquetas de jamón, pero podría decir que de libro, o de museo... deliciosas, y una tortilla de bacalao tradicional.

De segundo, tomo una merluza con sal de ajo en lecho de verduras, y es que en un restaurante lleno hasta la bandera, se puede pedir pescado fresco, y es pescado fresco. Pero el segundo plato lo tomamos en otra mesa, se ha quedado una contigua libre y de inmediato nos ofrecen trasladarnos, si queremos,

De postre me equivoqué, me tome un zumo de naranja, delicioso, hecho con naranja dulce... Pero es que los helados no eran "simples helados". Son Sandro Dessi. Solo recordar las tarrinas del sorbete de mandarina de Sóller se me saltan las lágrimas, me brota la risa, y mi espíritu se traslada a la serralada de Tramontana, a bordo del trenet.

Quiero comprar una tarrina, viene protegido por una gruesa capa de poliestireno expandido, el dueño me recomienda que si voy al trabajo, mejor no, que vuelva otro día y me da a probar los que quiera en el postre, y que si no conozco el de turrón que debo probarlo, que probablemente me gustará... ¿Helado? ¿De turrón? ¿De Dessi? El "probablemente" sobra...

Amabilidad en le trato por doquier, diligencia, discreción, materia prima selecta, un precio... a ver, no se puede comer por 20 euros, es pequeño y ruidoso... Pero me encanta.

Sergi se pidió unas albóndigas, no puedo evitar recordar a mi padre, que nunca en mi infancia me dejó tomar una hamburguesa, unas albóndigas, lasaña, o similares... cuando pedía albóndigas mi padre me pedía un bistec, y me decía una frase que tardé años en entender "hijo, en casa no creemos en la resurrección de la carne".

Elena ha disfrutado unos pies de cerdo rellenos.

Un sitio para volver, y eso es lo mejor, tengo que volver... Si Javier no se enfada por haber aprovechado la primera oportunidad para ir a visitar "un sitio de los míos" y corroboro, sí, es de los míos... Fija fecha!

Casa Palet, imposible ir sin reserva, sencillamente único, precio medio 30 euros. No conozco el horario. Laforja, 9. Teléfono 932185309

jueves, 30 de septiembre de 2010

Los inmortales

Este restaurante italiano está situado justo enfrente de La Mifanera, quizá un poco más arriba. El motivo de la celebración era que había venido por Barcelona Dolors, y quería que conociésemos a su pareja, Lars. Así que dicho y hecho se organiza la cena.

A mi no me iba bien en especial, al día siguiente de madrugada cogía un avión para marchar de vacaciones, pero quién sabe cuando se volvía a reproducir un momento así. Ordenadas las prioridades, para allí fuimos.

No todos podían quedarse a cenar, así que previamente quedamos a tomar una cerveza en una terracita de la Rambla de Catalunya. Convoqué yo, en el Nostrum, la terraza más cutre y por tanto vacía de toda la Rambla. Citarse a las 7 de la tarde, en verano en el Ciudad Condal es quedarse con las ganas. La terraza del Nostrum, como era de prever, estaba vacía. Lo que no anticipé era la tarde de perros que hacía, Dolors tenía frío y acertadamente sugirió entrar en el local.

En el caso del Nostrum, si la terraza es cutre, del local mejor no hablemos. Es lo que es. Funcional y escaso, y claro... Se trata de un local de "take away", no para comer en el local. Así que intentamos acoplarnos a varios bares de la zona y acabamos en la cervecería D'Or. Una auténtica cervecería alemana para Lars, que es alemán, pero se demostró que era la mejor opción.

Horas más tarde estaba lloviendo como hacía tiempo que no veia. El cielo se abrió y descargó una gota fría en condiciones. Justo en el momento de trasladarnos al restaurante. Yo estuve tentado de pedirme un frankfurt y cenar ahí, lo confieso.

Pero mereció la pena ir a los inmortales, una trattoria pequeña, depende de con qué la compares. La estaba comparando con "I Buoni Amici" que está cayendo en picado... "I Buoni Amici" debe ser el único restaurante italiano en el mundo que traen los antipasti con la pasta. Si comes la pasta, no te queda apetito para los antipasti, si comes los antipasti... la pasta está pasada y fría, es decir, un desperdicio de comida y esto me ha pasado hace un par de semanas, y pagar 40 euros de cubierto para ser atendido por gente que no ama su trabajo... No es necesario volver a "I Buoni Amici", no diría esto si fuese la primera vez que me pasa algo así en casa Daviano, pero está claro que el ojo del amo engorda al caballo, y cuando Daviano no está su restaurante es un insulto a la inteligencia, aún me deben cafés que pedí, pagué y nunca se sirvieron.

Decía que los Inmortales no es la mayor trattoria de Barcelona, ni la más italiana, pero apunta buenos principios. La comida sencilla, pero muy bien hecha. Por ejemplo, pedí mi carne muy hecha... y me la sirvieron en el punto que yo pedía. Es posible que el cocinero opine que no sé comer carne, pero él si supo satisfacer mi paladar que se deleita con las carnes de ternera fibrosas, que es de lo que se trata.

En el terreno de la anécdota debe quedar la camarera, no nació con el sentido del humor muy desarrollado, era su primer día, o simplemente no era su día. Con el capón de agua que caía afuera, entré en el restaurante calado y aterido. Me pregunta la camarera --¿Algún aperitivo?-- y le contesto, --Por favor, un café con leche calentito.-- No sé qué no le hizo gracia, pero en el restaurante la gente se reía a gusto entendiendo la situación, menos ella... que puso una cara de vinagre que me hizo entrar en calor.--Bueno, mejor me trae un vichy catalán.-- Hubo un par más de reacciones poco profesionales, la peor, es que Lars pidió dos platos, los demás plato único. Todos comíamos lentos para esperar el segundo de Lars, pero el segundo no llegó hasta que nos retiraron nuestros primeros. Supongo que esto y un par de detalles más acabó motivando una queja al dueño del local sobre la atención que se nos había prestado.

Fue plato único con postre, vino, y aperitivos. Pagamos unos 25 euros por cabeza, que para la zona y la calidad de la comida servida no esta mal. Yo personalmente me comí la tagliatta de la foto, con su aceite de trufa, deliciosa. Y con el postre, un helado de nueces pacanas me quedé más que satisfecho, aunque hubo quien pidió menos comida y quizá hubiera tenido que pedir un antipasti...

Los inmortales, c/ Sagués, 25, 93 202 35 79. http://www.losinmortales.es

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Carmesí

Venimos del Liceu, El rapto en el Serrallo, se me hace difícil ser crítico de ópera. Voy como mucho una vez al año, y no desde hace tanto tiempo, habré visto pues una decena de representaciones. Pero del teatro en términos generales y, sobre todo, de la estética en general, si me siento crítico iniciado y a perpetuidad.

No hace mucho, Quim Monzó publicó en La Vanguardia una serie de artículos sobre el teatro y porqué le horrorizan los espectáculos teatrales. No puedo estar más de acuerdo. Señores directores de escena, algún día lo revolucionario y original en grado superlativo será que los actores aparezcan en escena por bambalinas y no por la platea. Si me apetece que los actores aparezcan por la platea, voy a ver a La Cubana, no a "el Liceu". Si me apetece formar parte del espectáculo, voy a ver a la Fura dels Baus, no a "el Liceu". Voy a "el Liceu" a ver una representación operística de corte clásico y me molesta sobre manera que los coros aparezcan en el piso de abajo y que me haya perdido, en consecuencia, la mitad. Menos mal que la orquesta la mantuvieron en el foso. Sería entretenido que te sentasen una tuba al lado, o mejor aún, un trombón de varas tras de ti.

La escenografía, al mismo son, muy por debajo de las expectativas, incluso peor que la Julio César de Haendel, también en el Liceu, o que alguno de los inefables montajes de D. Calixto Bieito. Es que no toca, será revolucionario y será arte, pero está fuera de lugar.

Al día siguiente, quedamos para cenar, la cita es en el Carmesí, de camino pasamos por la puerta del que será nuevo local de los Hermanos Adrià, que abandonan Inopia, reconvertida en Lolita tapería. En este local han montado una "performance" en que tratan de mostrar que las prácticas psiquiátricas modernas son una tortura. No digo que no, pero dan zumo de melocotón mientras te explican la charla, un detalle.

A la llegada al Carmesí, aún no están los comensales. El principal, el homenajeado que cumple años, Savi, está en el bar de enfrente.

El local es pequeño, aunque en verano alivia su superficie con la terraza montada en la calle Blai. Calle Blai que actúa como paseo vertebrador del Poble Sec.

Toda la cena está siendo regada con cerveza del Poble Sec, yo la llamo así por que en fiestas hacen ediciones especiales con decoraciones de las 3 chimeneas, pero en realidad está envasada en L'Hospitalet. Hay que apostar por los productos semiartesanales, quizá no son de la máxima calidad, o no son de calidad homogénea, pero suponen una apuesta por lo nuestro, por nuestros vecinos, que esperamos estén siempre ajenos a la deslocalización y sin tentaciones de montar fábricas en Marruecos. Por eso soy partidario de volver al sastre, al carpintero, y como no, al artesano cervecero.

Una amiga de Savi, Gloria, a propósito de los vuelos baratos, afirma que algo no va bien en este mundo cuando un inglés coge un avión para comprar cigarrillos y alcohol en Barcelona, por que es más barato que comprarlo en su pueblo. Yo añado, algo no va bien, cuando comprar calzado manufacturado en China es más barato, terriblemente más barato que comprar calzado manufacturado en Mallorca, por ejemplo, o que una cerveza Heineken o Coronita, que vayan a saber dónde se envasó, sea más barata que una cerveza de tirada artesana como la GLOPS que estamos degustando, o la Rosa del Montseny.

La carta es corta pero prometedora basada en la cocina griega y árabe, exótica en general, pinta de productos biológicos. La cocina está a la vista, detrás de la barra, y es un fogón con una plancha. Suficiente para un local que no aspira a atender a demasiados clientes. Compartimos entrantes, de los que recuerdo un hummus perfectamente bien aderezado, que como casi a medias con Frankie. Después me pido un cus cus vegetal, y me parece excelente, pero demasiado abundante. Tanto es así que me sobra más de la mitad. La camarera, ajena a mi costumbre de abandonar los platos a medio comer, me pregunta preocupada si el plato estaba bien. Por supuesto, un cus cus excelente, pero se acabó mi apetito. No hay problema, me envasa en una fiambrera el resto del plato... A ver, que me voy de marcha, y con la "carmanyola" pierdo el escaso glamour que pueda tener, si no te dejan entrar con bambas en según que sitios, no creo que me dejen entrar con una fiambrera de papel de aluminio a una discoteca, pero a dónde fuimos lo mismo sí nos dejan entrar con la fiambrera, pero eso será otro post.

No recuerdo cuanto pagamos, pues las cervezas GLOPS estaban subvencionadas por el homenajeado, incluso quizá la comida en sí también estuvo subvencionada. No recuerdo si pagué o me pagaron. Pero me pareció económico, y sobre todo con una buena relación calidad precio, pero lo mejor fue la simpatía de la camarera, que siempre se mostró de buen humor y dispuesta, y eso que éramos un grupo numeroso, y en un espacio reducido, eso suele provocar aturdimiento a más de un camarero, trabajar con grupos así, pero no fue el caso.

Bueno, lo mejor de lo mejor fueron las personas que allí nos reunimos, pero eso es obvio. Carmesí, Blai, 32. Tel. 659 048 394

Este post está escrito hace mucho tiempo, y no sé por qué no se había publicado, he aportado algún dato de última hora, al reescribirlo.

lunes, 16 de agosto de 2010

Cervecería Costa Gallega

Plan para la tarde, ir a ver Avatar, basado en la serie de dibujos animados del mismo nombre, pero como Cameron pilló primero este nombre para su película, lo han cambiado por "Air Bender, el último guerrero". La película me ha gustado, y sí, mis gustos cinematográficos son tan discutibles como los de cualquier otro, pero lo cierto es que si voy al cine a ver una sesuda producción checa en VOSE, acabo dormido, pero viendo películas de acción me lo paso bien. La última vez que fui al cine con los señores Capuccino (Sr. Café y su esposa la Sra. Nata) en los Renoir de Floridablanca, me llevaron a ver una VOSE de los hermanos Cohen, en blanco y negro, y sesión golfa, después de cenar. Iba de algo de un barbero, y un asesinato, pero no recuerdo nada más, a los cinco minutos estaba KO.

La película ha estado bien, pero a la salida el plan continuaba con un bocata en la flauta, cerrado. Bueno, vamos al Ciudad Condal que es lo mismo, abarrotado. Bueno, paseamos hasta la Cervecería Catalana, más de 30 personas haciendo cola. La bodegueta de Rambla de Catalunya, si quiero mesa me toman nota y ya me dirán, El mesón 5J idéntico espectáculo.

Al fin nuestra embarcación ha recalado en la Costa Gallega.

Unas tapas de lo más típico, de elaboración casera pero sin ganas, quiero decir, malas. Demasiado aceite. Y desde luego las patatas bravas, con demasiadas áreas de mejora (la mayonesa, el picante, el aceite y el punto de fritura).

A mitad de la cena, de repente se hace el silencio, y un comensal opina que se siente observado. Estamos rodeados de guiris que han pedido pizza para cenar, otros paella, y alucinan del montón de platitos que nos van trayendo. Pasa lo que tiene que pasar, un guiri está pidiendo a un camarero algo que hay en nuestra mesa, y el camarero, sin cortarse un pelo, me mete el dedo en el plato. Ya había acabado, sino menudo folklore monto. El guiri no se entendía con el camarero, aunque hablaba en francés, y el camarero por lo que aprecié hablaba mejor francés que castellano. Intervengo yo, quiere un montadito de queso, cosa que no ha podido ver en mi plato, y el camarero le quiere servir una ración de manchego. Zanjo la discusión a favor de un montadito de idiazabal con membrillo que hace las delicias como postre de nuestro turista accidental.

En resumen, Costa Gallega, con muchos jamones colgados en la barra, pero poco en la carta. Tiene mejor aspecto que lo que sabe, y demasiado focalizado en el turismo. Lo mejor es que tenía una mesa libre, lo peor, el camarero pero esto ya es una lotería, y la comida que bueno, se puede comer mejor en Barcelona, siempre que los guiris no abarroten los locales. He tenido la sensación de ser uno de los pocos barceloneses que cenábamos por el centro, tanto es así, que al final casi han conseguido que me sintiera turista yo. Per correr miglior acque alza le vele omai la navicella del mio ingegno, che lascia dietro a sé mar sì crudele. Así me alejo de la Costa Gallega, alzando las velas de mi ingenio para ir a tomar café a otro sitio. Estos versos de la Divina Comedia me recuerdan a Vero, que el otro día estuvo recogiendo un premio en Terrassa, pero que no nos pudimos ver por los horarios de los trenes, pero me hizo una ilusión brutal que se acordase de mi.

Costa Gallega, Passeig de Gràcia, 71, 93 215 31 41 Prescindible, salvo si no encuentras otra opción.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Bar "El bocata"

-Hola, hemos colgado las fotos de la cena en tu casa en el facebook. Así me sorprenden mis amigos. No sé que opinais vosotros, yo creo que los Mossos d'Esquadra tienen sus cosas, pero al menos cuando te hacen una foto te la envían a casa, y 300 euros de factura, que digo yo que si te gusta la foto por el mismo precio luego te mandan dos ampliaciones. Llegará que los Mossos nos envíen un correo que diga Asunto: Bienvenido a Barcelona. -Hemos colgado en el muro de nuestro facebook la foto de tu entrada en la ciudad a 80 Km por hora al principio de Vía Augusta, tramo de velocidad controlada a 50 Km por hora. Me pregunto cuantos amigos tendrán...

Sesión de tarde en el Palau Balaña, ¿Cómo se llama la película? El equipo A. Acción a raudales y la fórmula repetida mil veces en televisión. Saigón se ha convertido en Bagdad, pero la CIA siguen siendo igual de mala y el ejercito igual de tonto. Y es que ver a Baracus abrazando la no violencia, y diciendo "Dios, que difícil es cambiar de costumbres, con lo habituado que estaba yo a matar". Te entiendo, Baracus, a mi me pasa lo mismo con el tabaco. Risas aseguradas. Me encanta que los planes salgan bien.

A la salida del Palau Balaña probamos suerte en una de las terrazas del Passeig de Sant Antoni. Meeeeec! Error. Ahora sé que las terrazas de Vallespir tienen mejor pinta, pero las vemos demasiado tarde, después de cenar. He llegado a la conclusión que existe una regla no escrita, cuanto más se gastan en locales menos se gastan en comida... Y en servicio, y menaje... Pedimos unas tapas, ensaladilla rusa, buñuelos, gazpacho, un pincho, cosas así. todo servido a la misma temperatura, esto es la ensaladilla y el gazpacho, demasiado caliente, el pincho y los buñuelos demasiado fríos. Todo precocinado y congelado industrial, y de segunda marca, y las frituras, claramemte mejorables. Digo yo, si no les gusta la cocina, para qué se meten a restauradores... Las tapas a 1,90 euros, las raciones a 2,90 pero el servicio de terraza lleva un plus de 0,50 euros la tapa. En total, un sobrecoste de 4,50 euros, por un servicio de mesa más preocupado por limpiar mesas vacías que atender a clientes sentados, pero al menos, cuando se dirigen al cliente son agradables. ¿Cómo acabé sentado ahí? En la foto, la respuesta. Semejante horterada atrae a los clientes como la luz violeta a los mosquitos. Bzzzzzz! Y la terraza, enorme, estaba llena a reventar. Bar el Bocata, P. Sant Antoni, 37. Teléfono 934910510.

lunes, 2 de agosto de 2010

Gusto Trattoria

He quedado a comer con Diego y Raquel. Mientras espero deambulando por los alrededores del restaurante "Gusto" reparo eu en la terraza del local hay un nutrido grupo ed italianos comiendo pizza, y no deja de resultarme curioso, hacer unos miles de kilómetros para comerse una pizza "frutti di mare" y poder criticar a la vuelta que la mozzarella que usamos en España no es de búfala. A mi mente han venido las infumables paellas y tortillas españolas que he visto, nunca comido, en lugares como Budapest o Helsinki, por no hablar el jamón serrano de Estocolmo.

Llegan Diego y Raquel y me avalanzo sobre el iPod de Diego, acaba de casarse y espero encontrar las fotos del enlace así como fotos del viaje de novios, al sudeste asiático. Las primeras fotos son del propio Diego cuando era niño, siguiendo la tradición de las bodas holandesas, y de otras bodas españolas, a los invitados se les deleita con un viaje al pasado de los novios. Las fotografías de la ceremonia por las expresiones de alegría de la gente muestran que se lo pasaron fenomenal, y los que más los novios, como corresponde a una boda. Gráficamente, lo que más me gusta es una suelta de globos de papel con una candela dentro sobre el cielo nocturno del Atlántico, que me recuerda a una escena de la película "El acantilado rojo".

Estoy haciendo cola en los juzgados de Barcelona, esperando para actuar como testigo en el matrimonio del Sr. Café y de la Sra. Nata, y por cosas del destino, los que tienen el turno siguiente son Diego y su ahora esposa, y es que el mundo es un pañuelo. De esta escena ya han pasado algunos meses, pero no deja de parecerme singular lo pequeña que me parece Barcelona en algunas ocasiones, que esto pase en un pueblo de 500 habitantes, bueno.Pero en un ciudad con más de un millón de personas, nunca me lo acabo de creer.

El camarero aprovecha que estamos distraídos con el iPod comentando las jugadas para no hacernos caso, dejar las cosas a traición, y salir como alma que lleva el diablo, y así evitar que pidamos más bebida, el pan, cubiertos, las vinajeras, y otros pequeños detalles que si ya estuviesen en la mesa no deberíamos encontrarlos a faltar. A la tercera vez que Raquel trata de dirigirse al camarero sin éxito, le pido a Raquel que me diga a mi lo que le quisiera decir a él, que es muy malo quedarse con la palabra en la boca, Raquel ríe. En el local se come bien, me comenta, pero son un poco "especiales", aunque esta no es la palabra exacta usada. Lo cierto es que se come bien, pero como hemos quedado tarde la mitad de las opciones del menú están agotadas, pero ésto lo encuentro normal, son las 3 de la tarde pasadas, y si no están bien organizados, el menú empieza a fallar. Lo que no me parece tan normal es que los camareros sean inmunes a las señas, a las llamadas o a la lógica de su trabajo, atender a los clientes. A las 16:30 hemos pretendido tomar el café en la terraza, imposible, cerrada, cerrada para tomar un café los que estamos comiendo adentro, impresionante. a las 17 horas, nos han pedido amablemente que paguemos la cuenta y nos vayamos con nuestra música a otra parte. Se come bien, eso sí, y va mucho turista o personal de paso por la zona. Solo eso puede explicar que estén casi llenos con lo agrios que son en la forma de atender a la gente. La conversación, a pesar de los interesantes relatos de Diego y Raquel, a propósito de la boda, el viaje, y la final de la Copa del Mundo de fútbol -Sí, ya que Diego se ha casado con una holandesa, y el cachondeo entre las amistades a propósito del juego karateka desplegado por Holanda dio de sí- La conversación deriva por un momento a temas laborales y más mundanos.

A las 17 horas, y tras que nos inviten a abandonar el local, dejamos nuestra conversación emplazándonos para comer otro día por la zona. Gusto Trattoria, Rosselló, 84. Teléfono 93 323 65 75. Tienen un par de menús, a partir de los 10 euros. Se come bien, pero hay que tener mucha paciencia.... con los camareros.

domingo, 1 de agosto de 2010

Federal

Un barrio, Sant Antoni-Poble Sec, con un desfile de la más alta gastronomía de la ciudad y con el paseo de más sabor teatral está falto de locales de copas. Siempre puedes tomar algo en Ébano, o en La Confitería, y si es una hora temprana en cualquiera de las terrazas que jalonan el Paral.lel o la Ronda pero la oferta se me antoja corta.

Lo mismo deben pensar los dueños de Federal, el bar que hoy, 1 de agosto de 2010, ha abierto sus puertas. Yo iba rumbo a la Sirvent a tomar una horchata por la ruta habitual, ésto es siguiendo el trazado de la Avenida Mistral, espina dorsal del barrio, y al coger Parlament, he reparado en el local lleno de gente.

La gracia es que en ese local, si no estoy equivocado, se ubicaban los almacenes Gelen, donde mi madre me compraba los baberos, y donde mis sobrinos se han equipado cuando eran bebés. La reforma lo ha convertido en un local totalmente abierto y que invita a entrar, la planta baja me ha dado la sensación de ser una terraza interior, donde han sustitido los cristales de los escaparates por poyos en los que la gente se sienta con unos cajones a modo de mesa. La planta intermedia es más un tránsito, y me parece ideal para tomar un café a media tarde, observando desde sus lunas la vida del barrio, y la enorme cola en la puerta de la sobrevalorada Sirvent. La joya está una planta más arriba, una terraza abierta al mundo y a la sombra de media tarde, ideal para un trago largo más nocturno, en una cálida noche de verano, como la de hoy y ambientado con un limomero. Celebraban la apertura invitando a los clientes con cava Bertha, este sitio promete horas de buena conversación entre amigos.

El público de la inauguración, variopinto, esa sería la definición, desde familias jóvenes con niños, a curiosos como nosotros, y tipos más singulares, pero espero que el local lo adoptemos los del barrio, un local realmente bien diseñado y agradable. Enhorabuena.

Nos vemos en Federal, en Parlament,39 casi esquina Viladomat. En la fotografía, muy mala, la vista del patio de luces desde la terraza de la última planta.